Este Blog esta pensado para aquellas personas que quieren saber un poco más acerca del comportamiento de las marcas frente a los consumidores. ¿Por qué hacen cosas que parecen irracionales?
En este Blog encontraras las respuesta.
martes, 19 de abril de 2016
PUBLICITADORES
A todos nos gusta que hablen bien de
nosotros. Lo mismo le pasa a las empresas con sus productos, ya que no hay
mejor publicidad que la que la que pueden hacer tus usuarios, y que además es
gratuita. Pues bien este tipo de publicidad, también llamado publicity, es lo
que están buscando miles de empresas por todo el mundo.
Gracias a la redes sociales, este fenómeno,
ha cobrado mucha importancia porque ahora a través de un post en nuestras redes
sociales ponemos al alance de cientos de usuarios nuestra opinión sobre un producto.
Esto puede traer beneficios para las empresas, ya que si tu producto gusta, se correrá
la voz rápidamente lo que conllevara a una rápida y eficiente publicidad. Sin embargo,
hay otra cara de la moneda, es decir, la mala publicidad que se propaga incluso
más rápido que la buena, convirtiendo en un fracaso el lanzamiento de un nuevo
producto. Pues bien, esto es uno de los frentes con los que lucha diariamente
una empresa.
Algunas empresas han hecho uso de este tipo
de publicidad en sus spots televisivos, como es el caso del detergente Vanish o
de Cillit Bang. Han realizado spots en los que aparecen personas “normales” en
su uso diario de estos productos, mostrando además las diferentes maneras de utilizarlo
y lo efectivo que resulta. A través de ellos, se conecta emocionalmente con el
consumidor y produce un efecto mayor de persuasión.
El efecto contrario, como antes se explicaba,
también se puede producir. Todos nos acordamos de la famosa Power Balance, una
pulsera de goma que producía efectos beneficiosos para la salud. Muchas
personas comenzaron hablar bien de ella en 2009, como los deportistas en medios de comunicación, pero
pronto se corrió la voz de que se trataba de una farsa. Aquella pulsera no tenía
más que un diseño llamativo y mucha palabrería detrás, lo que dio lugar a una
fuerte campaña de publicidad mala. Estos ejemplos nos muestran las dos caras de este fenómeno, que como se puede ver la empresa no tiene ningún control sobre él. Para la empresa no tener control hace por un lado que aumente la credibilidad del emisor, ya que no se trata de una persona que cobra un sueldo por hablar bien del producto, sino que es un consumidor más. Por el contrario, esta total pérdida de control puede acarrear resultados catastróficos en la publicidad de un producto.
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